¿Quién era Artemio Amero?
Artemio Amero era una persona laica que nació en 1937 y falleció en el 2017. Creció en el campo junto a sus padres, sus dos hermanos, y con inmigrantes italianos que escapaban de la guerra y que su padre les daba alojamiento en su casa.
Desde que nació recibió una formación católica, ya que su madre era muy creyente y devota de un escapulario con el sagrado corazón de Jesús. También contaba que su abuelo manejaba la biblia con mucha soltura y que todas las noches antes de dormirse les transmitía la palabra a sus 15 hijos.
Cuando su madre estaba embarazada de Artemio ella estaba muy enferma y ambos tenían que morir, pero cuando ella ofreció la vida de ambos a la Inmaculada Concepción y a Jesús, todo se revirtió.
Artemio nació y desde muy temprana edad empezó a mostrar signos distintivos respecto a los otros niños, aprendiendo a leer y escribir muy rápido, con intereses muy diferentes, pero también con una adaptación más o menos continua a lo que hacían los demás.
Cuando Artemio tenía 13 años, su padre se enfermó por efectos del alcohol, por lo que, junto a su hermana mayor, durante 18 años tuvieron que cuidarlo para que nunca su madre quedara sola. Salía uno o salía el otro, pero nunca salían los dos juntos. Esta situación llevó a Artemio a invertir su tiempo en mucha lectura, tomando cursos, haciendo el terciario y escribiendo algunos libros. En medio de estos tiempos, un día, a los 17 años, frente al Sagrario, optó por hacer los votos de pobreza, castidad y obediencia al Espíritu Santo.
Mientras estaba en el terciario, estudiando para ser docente, se presentó al Seminario, donde un buen sacerdote, que estaba junto a otros dos, después de varias preguntas, le dijo “que no servía para sacerdote porque tenía un concepto muy especial sobre la libertad, que espíritus como el de él son muy parecidos al de Lutero, quien impulsó la Reforma Protestante”, a lo que él contestó: “Sí, puede ser, pero en todo caso también nos dieron una iglesia de mejor conducta”.
En otro suceso, Artemio nos contó que una vez se acercó a los Benedictinos porque quería saber qué hacer con su vida. Estuvo conviviendo con ellos durante 3 – 4 meses hasta que un día el Padre Azcarate (conocido mundialmente por su misal) lo llamó y le dijo: “Tenés muchos dones y carismas, y si vos te hicieras sacerdote nunca podrías aplicar ninguno de ellos; mejor dedícate a la docencia y en la docencia vos vas a permanecer siendo seglar, no vas a tener que obedecer, porque los votos de obediencia los hiciste en privado delante del sagrario, entonces no vas a tener que rendirle cuentas a nadie de las cosas que hacés, y vas a poder hacer lo que quieras.”
En el año 1957, a los 20 años, ingresó a la docencia pasando por diferentes escuelas de nivel secundario y terciario, públicos y privados, hasta el año 1994.
El primero de sus 8 libros propios lo escribió a los 23 años. Un cuento muy hermoso sobre una experiencia suya durante la cosecha de la zafra. Además, escribió también 6 libros compartidos.
Una vez jubilado, en el año 1995 (justo 50 años después de encontrarse los libros del mar muerto), Jesús y María se le aparecieron por primera vez y, al cabo de un tiempo, empezaron los mensajes.
Estos mensajes son una continuación de los mensajes recibidos por Santa Faustina, por lo tanto todos ellos giran alrededor de su Misericordia, su máximo tributo, la cual es definida por Jesús como el amor obrando, y nos aclara que aún no sabemos ni al ABC del alcance que tiene. También nuestra Madre vino a traernos el arma fundamental para entender la Misericordia, que es el Espíritu Santo, bajo la promesa de que una vez que esto se consiga todo será diferente.
Jesús, en las apariciones, siempre venía acompañado de María y diversos Santos, quienes en muchas ocasiones también daban algún mensaje. Mientras lo hacían, Artemio iba repitiendo en voz alta lo que ellos decían y, paralelamente, lo iba grabando en un cassette, por lo que los mensajes que podemos leer en la página https://www.jesusdelamisericordiaymaria.org/ son tal cual salieron de la boca de Jesús, María y los Santos. Es por esto, y muchas cosas más, que estas apariciones toman el carácter de únicas e inéditas en la historia del Cristianismo, siendo el mismo Jesús quien las define así.
Que los mensajes giren en torno a la Misericordia no significa que no haya palabras ásperas y duras, al contrario, sobreabundan debido a que, como dice Jesús, estos mensajes de Él no pueden ser podados como lo fueron en otras ocasiones.
Aunque Jesús aclara en muchos mensajes que todo está en la Biblia, dice que es necesario traer el mensaje de la Biblia a palabras de hoy, sentando las bases para que, en este tercer milenio, todo sea hecho de nuevo y no sigan sucediendo las atrocidades de los últimos dos.
Para esto, Jesús nos pone a disposición toda su Misericordia que alcanza para todo, y María nos ofrece su Inmaculado Corazón. Como ejemplo de lo que el amor de María es capaz, podemos contemplar lo que pasó con la Unión Soviética después de que fuese consagrada al Inmaculado Corazón de María el día 25 de marzo de 1984 por el Papa Juan Pablo II. El 23 de abril de 1985, el general Mijaíl Gorbachov, un mes después de su ascención, da inicio a la Perestroika. El 9 de noviembre de 1989 cae, de manera pacífica, el muro de Berlín y todo el régimen soviético. Esta consagración, realizada en comunión con todos los obispos del mundo, respondió al pedido de la Virgen María en las apariciones de Fátima.
Jesús, en muchos de sus mensajes, nos recuerda que vino para todos los hombres, pero especialmente para aquellos que están en la cuneta de la vida, es decir, al margen de todo. Como Él mismo dice: Los sanos no necesitan médicos, los enfermos sí. Respecto a esto, María afirma que otra sería la situación de ellos si escucháramos sus palabras. Jesús, en uno de estos mensajes dice que si vemos que hay una gran mayoría de gente que está en la cuneta de la vida y no nos ponemos de parte de ellos, sabiendo que están viviendo una situación de injusticias, entonces, esto no funciona, y nos enseña que seremos sus discípulos en la medida en que nos encontremos dando la mano a los que están allí en ese lugar. Finalmente, para que no perdamos las esperanzas, en uno de sus mensajes Jesús nos invita a pensar en qué estará tramando su Misericordia para darles a todos los que están en la cuneta de la vida los derechos que tienen a vivir como persona.
Podemos encontrarnos con un Jesús que habla de una manera extremadamente simple. Le encanta recalcar su parte humana y hablar como nosotros, diciendo “dichos” que son de Argentina como “no es para todos la carne de potro”, o “hay que poner toda la carne sobre el asador”. También diciendo, por ejemplo: no sé, no sé qué pasará, quizás, tal vez, no entiendo, etc. Aunque en algunas ocasiones aclara y dice: claro que lo sé, si yo vivo en un continuo presente. También dice que el principal requisito para entender estos mensajes es la humildad.
Obviamente, como siempre Jesús lo hizo, estos mensajes estaban acompañados por signos: sanaciones de todo tipo, cánceres que desaparecían, leucemias que sanaban, ciegos que veían, paralíticos que caminaban, demonios que eran expulsados y, sobre todo, conversiones. Todo esto se hacía en una capillita, que fue hecha a pedido de María provisoriamente, hasta que la iglesia principal esté hecha. María dijo que la iglesia principal no podría empezar a construirse hasta que no tuviera la autorización de la Santa Madre Iglesia, y que estará ubicada en lo que el Señor llama la Ciudad de Dios, un lugar de 40 hectáreas donde se mostrará al mundo cómo es vivir Cristianamente, cuyos planos están en manos de la fundación Jesús de la Misericordia y Corazón Inmaculado de María con CUIT: 30-70880290-1. En el sagrario de la actual capillita se encuentra un pedazo de pan que le cayó a Artemio del cielo un día que no pudo ir a misa, habiendo una mujer de testigo. Más tarde, el mismo hecho les sucedió a 3 personas más.
A pesar de que en muchas ocasiones el Señor interpela a la Iglesia, especialmente a la curia romana, repitiendo aquellas palabras de: Pedro, ¿me amas?, siempre se refiere a ella como “La Santa Madre Iglesia”.
El Señor deja muy claro que todos los problemas del hombre son de su incumbencia, por eso, durante casi 15 años de mensajes, toca muchísimas temáticas. Entre ellas, se encuentran temas bíblicos y religiosos, como la iglesia, la misericordia, los laicos, el Concilio Vaticano II, el mundo angelical y el maligno, y los documentos del Mar Muerto. También abarca muchos temas filosóficos, como la ley de compensación, el sentido de la vida, la libertad, la conciencia, la gracia, la providencia, el darse y la humildad. Además, se tratan temas de ciencia, salud, medicina y educación; así como asuntos económicos, culturales y políticos, como la deuda de los países, los gobernantes, las democracias, la globalización, la esclavitud moderna y el comunismo. Incluso, abordan temas más doctrinales, como el celibato, la castidad, y muchos otros.
El alcance de los mensajes es tan inconmensurable que, como dice Jesús, parte de ellos supera la razón humana, por lo que hacer un resumen sería imposible. Es por eso que este documento es solo una introducción que incluye un poco de contexto de las apariciones. Estos temas son la base para hacer nuevas todas las cosas y cambiar la realidad de América Latina, con Argentina como faro.
Para hacer nuevas todas las cosas es requisito el pleno respeto de la dignidad esencial de la persona humana, es decir, la libertad. Por ejemplo, una de las cosas que a Jesús le preocupa son las desigualdades sociales, y nos enseña que esto se podría combatir con una concepción de vida que se base en la dignidad esencial de la persona humana, es decir, la libertad y, sobre estos principios, edificar todo lo demás.
Para cerrar este pequeñísimo resumen, lo hago con una aclaración que hace Artemio y también la hizo Jesús, que en esos casi 15 años de mensajes, incluyendo todas las enseñanzas de Artemio durante su docencia y los libros escritos durante su vida, no hay ni una mínima expresión en contra de la Sagrada Escritura ni ningún documento de la Santa Madre Iglesia Católica a la que, como un hijo orgulloso, perteneció siempre acompañado por una dedicación exclusiva, completa y total.
