El término Fintech proviene de la fusión de las palabras finanzas y tecnología. Se refiere a aquellas empresas que buscan ofrecer soluciones financieras mediante el uso de tecnologías. Estas compañías crean tecnologías pensando tanto en consumidores como en empresas.
El crecimiento de estas empresas se ha reflejado en cómo se han integrado en la vida diaria de millones de personas. Es posible que hayas interactuado con alguna empresa de la industria Fintech sin ser consciente de ello. Ejemplos notables para mi son Mercado Pago, Lemon Cash, Brubank y Ualá, que forman parte de este sector.
Estas empresas han permitido que personas como yo podamos escanear un código QR para realizar un pago, enviar dinero a conocidos mediante una billetera virtual o hacer una transferencia de manera sencilla.
Para los más jóvenes, que han crecido con estas tecnologías, estas acciones son parte de la rutina. Sin embargo, existe una generación intermedia —yo los llamo “La Generación del Medio“—, que no hace mucho, debía ir al banco en persona para realizar gestiones que hoy hacemos fácilmente con nuestro teléfono. ¡Alabada sea la Industria Fintech si nos libera de esperar en largas colas!
Cuando hablamos de empresas Fintech, nos referimos tanto al “hombre de negocios con traje” que busca acercarnos a las finanzas como al joven estudiante de Sistemas que trabaja en el mantenimiento de la página web de una aplicación nacida de una idea. Hablamos incluso de muchas personas que enseñan en un lenguaje simple. En este aspecto, destaco a Lemon, que, desde mi humilde perspectiva, realiza un trabajo admirable educando a los usuarios de su aplicación sobre criptomonedas.
Siento un profundo respeto por la industria Fintech, creo que está impulsada en gran medida por personas talentosas pero desconocidas que trabajan incansablemente para el beneficio de otros. Sí, sé que cobran por sus servicios, pero si ese “cobrar” implica proporcionar un servicio educativo e inspirador a otros… simplemente aplaudo.
Ahora bien, ante esta industria creativa que genera empleo, fomenta el estudio, crece de manera constante y puede posicionar a Argentina entre los mejores del mundo, ¿cuál es la propuesta del Estado Argentino?
Como sabemos, el Estado tiende a no cumplir con lo que debería y, cuando se involucra, suele causar más daño que bien. Su respuesta se resume en algo sencillo: leyes e impuestos para exprimir al máximo a esta industria.
¿Y por qué te comparto esto? Bueno, porque recientemente Diana Mondino participó en el “Argentina Fintech Forum“. Allí Diana dio un mensaje y luego le hicieron algunas preguntas.
Una de esas preguntas apuntaba a conocer, cuál sería la postura del gobierno respecto a las leyes que, supuestamente, impulsan la industria Fintech: ¿”Con las leyes actuales es suficiente y la industria Fintech podrá desarrollarse” o “No, se necesitará crear un marco especial para fomentar ciertos aspectos”?
Traduciendo la pregunta a idioma Potus Amarillo: “Diana, ¿nos permitirán trabajar o nos asfixiarán con impuestos?”
Creo que algunas palabras pronunciadas tienen un peso significativos que a veces, pasamos por alto. Cuando Diana Mondino menciona “Desregulación masiva“, mis ojos brillan al pensar en las amplias posibilidades que se nos presentan como país. Imagina todo lo que esta industria podría crear si dejara de preocuparse por un Estado que desanima el deseo de trabajar con regulaciones.
Imaginemos a jóvenes estudiando y creando, con la esperanza de un día formar parte de una industria que los motive a quedarse en Argentina en lugar de emigrar.
No se trata simplemente de desregularizar una industria; hablamos del impacto que esto tendría para todos nosotros, aquellos que interactuamos con ella diariamente. Una industria que, como mencioné anteriormente, facilita la vida para muchos.
Nota al pie: Si trabajás en esta industria y tenés alguna corrección a este texto que quieras compartir conmigo, no dudes en dejarla en los comentarios o contactarme. Toda información que sume y me ayude a aprender, es bien recibida en Potus Amarillo.
Nota al pie 2: podés ver la charla completa aquí