Poesía libre en X
Que alegría que me da descubrir alguna cuenta que no conocía. Y más alegría todavía cuando esa cuenta trae poesía.
Descubrí, gracias a la difusión de un post del Presidente, que existía la cuenta de Andres quien en su bio escribió “Fundador y editor de @Hojasdelsur. La poesía es mi guarida, la libertad mi trinchera. Dios, mi única roca. Organizador del @derechafest.”. Y yo, sin saber que existía 🤦🏻♀️
El punto es que leí dos poemas que publicó en su cuenta y sentí este “Que alegría que escribas! necesitamos más poetas en este antro!”.
Así que te comparto lo que me llevó a seguirlo:
I
Quizás seas vos, kirchnerismo,
el más hijo de puta de los demonios.
Te metiste en la cabeza de la gente,
les hiciste creer que sin vos no comían,
que la culpa era libertad y el Estado era mamá.
Clavaste tus uñas en todos,
y el país se rompió como un vidrio barato.
Después te hiciste el bueno,
tiraste un par de planes, un discurso de “pueblo”
y te fuiste silbando bajito,
dejando la herida abierta,
esa que cada tanto vuelve a sangrar cuando uno ve la heladera vacía.
Sos un espejo roto,
de esos que te devuelven la cara torcida.
Mostrás sombras, agrandás miserias,
llamás justicia al choreo y empatía al odio.
Vivís del resentimiento,
de esa bronca podrida que les sembraste a todos.
Y a los que te creen, los vas pudriendo por dentro,
como el vino malo que arruina la noche.
Pero ahora te llegó el tipo que no te tiene miedo.
Milei.
El loco que no vino a negociar con tus demonios,
sino a prenderles fuego.
El que no promete curarte:
te dice que te levantes y te salves solo.
Y ahí está la diferencia, ¿sabés?
Vos ofrecés cadenas.
él ofrece la llave.
-Andres
(@andresmego)

II
Cuando Milei sale a la calle pasa algo que no entra en los diarios.
El aire cambia, como si alguien abriera una ventana después de años de encierro.
Los que estaban dormidos se enderezan, los que se hacían los cínicos bajan la mirada.
Y los que vivían de vender culpas y recuerdos se quedan sin negocio.
Porque hay callejones inhóspitos en esta ciudad de la memoria,
donde los tipos del kirchnerismo siguen dando vueltas, oliendo su propio pasado,
como perros viejos que no entienden que el dueño ya se fue.
Y cada vez que intentan salir, se muerden entre ellos,
presos de su jauría de fantasmas.
Milei, en cambio, camina solo y despierta a los vivos.
No promete el paraíso, ni pide permiso:
rompe el hechizo, saca la mugre,
te dice lo que nadie se anima porque le sobra verdad y le falta miedo.
Y entonces lo ves, ahí, en Mar del Plata,
rodeado de una marea que no fue convocada por punteros,
sino por algo mucho más viejo y más puro:
el hambre de libertad.
Ahí entendés que esto ya no es política,
es el fin del relato y el principio del coraje.
-Andres
(@andresmego)