El anonimato que no te cuentan
Cuando escuches a políticos y periodistas -sobre todo los que apoyan la agenda 2030 ej, PRO- quejarse por el anonimato de las cuentas de X, tené en cuenta que van contra un derecho que es parte de la libertad de expresión de una persona: el derecho al anonimato.
Hoy, sin ir más lejos, el Diario La Nación doxeó a un tuitero.
Valiéndose de la información de ingreso a la Casa Rosada, tomando como fuente creíble a quien es conocido por ser un estafador cripto y, hablando en potencial, publicaron el nombre del tuitero sin su consentimiento.
En la misma nota dicen que no fue su cuenta la que inició lo que les molesta. Pero, aún así, publicaron su nombre y apellido.
Hoy, los medios argentinos pusieron en riesgo la vida de esa persona por cubrir sus intereses políticos. Y no contemos que cuando ingresaron cabareteras, empresarios corruptos y hasta narcos en presidencias anteriores, nada dijeron de esas personas visitando la Casa Rosada.
Tampoco te dirán qué político visitaron sus grandes oficinas, justo antes de elecciones, para negociar futuras pautas.
Reclaman que las redes tengan nombre y apellido, cargándose el derecho de la gente a elegir sobre la propia imagen. Pero nada dicen de que las notas que se publican en los medios, con nombre y apellido, no fueron creadas por una sola persona.
Si bien el periodista “firma”, siempre tiene un jefe de sección, un jefe editorial, un jefe de redacción y hasta correctores que validan aprobando lo que escribe para ser publicado. Incluso, hasta le pueden decir qué escribir. Si lo publicado es auspiciado por el político de turno, ese contenido, también, fue tocado por el equipo del pagador.
Ningún periodista, ningún político, está solo.
Son todo un equipo que no solo cuenta con el don de la palabra, sino con todos los recursos comunicativos para defenderse.
Los tuiteros no tenemos redacciones, ni equipo, ni dinero para llegar más lejos en el algoritmo. En las redes, cuentas como la mía, son de una sola persona.
El anonimato permite expresar opiniones, denunciar injusticias o buscar información sin temor a represalias, lo cual es fundamental para una sociedad libre y democrática.
El anonimato es un derecho, no es impunidad.
Así como políticos y periodistas ELIGEN exponer su imagen, cuentas como la mía, tienen DERECHO A ELEGIR no hacerlo y, más, cuando lo elegimos pensando en el bien de nuestras familias.
Así como La Nación, Clarín y otros medios ponen a toda su tropa a analizar contenido de las redes para doxear civiles, en España, revelaron la identidad de Capitán Bitcoin (Te comparto lo que publicó después de darse a conocer tu identidad porque me representa)
Políticos, medios, legisladores y estados ven peligrar su hegemonía, su influencia manipuladora y por eso gritan “falta regulación en las redes” como forma disfrazada de decir “censura”.
Regulando las redes y cargándose el derecho al anonimato, lo único que pueden generar es daño en la libertad de las personas.
Esta cuenta apoya la verdadera libertad de expresión, no solo de Capitan Bitcoin, sino de todas las personas del planeta aunque no compartan mis ideas políticas.
Cuando escuches a políticos y periodistas -sobre todo los que apoyan la agenda 2030 ej, PRO- quejarse por el anonimato de las cuentas de X, tené en cuenta que van contra un derecho que es parte de la libertad de expresión de una persona: el derecho al anonimato.
— Potus Amarillo (@PotusAmarillo) May 20, 2025
Hoy, sin ir más… pic.twitter.com/EwuWEZan2R
#Agenda2030