De las ideas no se habla
-¿Qué pensás de lo que dijo Bertie, Potus?
-¿Qué pensas de lo que dijo Bertie, Potus?
-Que cuando una idea se plantea en lugar de buscar censurarla ganaríamos más si la analizamos un poco.
-Pero lo que dijo lo dijo
-Si, y a esta altura ya deberíamos saber que la prensa vive de sacar las frases de contexto. Sí, han sacado, ahora también, la frase de contexto, creo yo.
Siento que escucharon a Bertie y sentenciaron sobre lo que creyeron entender.
Yo le hubiera pedido que me cuente más sobre esa idea para entender a qué apuntaba.
Puede que yo me equivoque, pero para mí Bertie está poniendo sobre la mesa otros temas que valen la pena cuestionarse.
De hecho, es un sano ejercicio abrir la cabeza a nuevas ideas.
Preguntar en lugar de sentenciar y juzgar, siempre nos impulsa hacia adelante.
Dicho esto, yo creo que cuando en este país gran parte de la población andaba semidesnuda y analfabeta era necesario, si queríamos evolucionar como pueblo, enseñarle a la mayor cantidad de argentinos a leer y escribir.
Fue “necesario” que el estado se meta en la vida de las personas y les diga: “de ahora en adelante es OBLIGACIÓN ir a la escuela”. Sí, los grandes grupos de personas que no eran letrados necesitaban que alguien les diga “es la ley” para meterles miedo y que accionen.
Ahora no vivimos en ese contexto.
Vivimos en un contexto donde si vos te alejas de la comodidad de la ciudad te encontrás chicos trabajando.
Sí, pese a que algún radical se desgarre las vestiduras y hable de la ley que prohíbe el trabajo infantil hoy, tenemos niños trabajando. Y si no me creés, preguntate qué están haciendo los niños que piden monedas en el subte, o que te tocan el timbre pidiendo ropa, por ejemplo.
Saliendo de la ciudad, en el campo, también nos encontramos niños ayudando a sus padres para poder comer.
Aunque a muchos les cuente creerlo, hay personas que si no siembran una semilla no pueden cosechar lo que se llevan luego a la boca.
NO, los tomates no crecen en bandejitas blancas.
Ese niño que trabaja también tiene que caminar kilómetros para ir a sentarse a un aula porque el Estado obliga a su padre a que lo haga; si no lo hace, el estado le saca a su hijo separándolo de la familia.
Está bien que vaya a la escuela, pero si existiera un sistema de aprendizaje para que ese niño aprenda en su casa ¿no estaría bueno evitarle ese desgaste de kilómetros y todo lo que implica?
Si resulta que hay un padre carpintero y al niño le gusta ser carpintero y en el pueblo son varios ¿no estaría bueno tener un sistema de educación que permita la educación personalizada y especializada, en las artes de la carpintería?
Enseñarle los números y a leer, pero usando de ejemplo su contexto del emprendimiento familiar ¿no haría la educación más llevadera y motivadora para el niño?
Sí, lo sé, aunque tengamos miles de estudios científicos sobre el cerebro demostrándolo, muy pocos saben que se aprende mucho mejor tocando, que memorizando.
Muy pocos saben que poner las mesas de un aula en circulo y no en fila puede cambiar absolutamente todo.
Muy pocos saben que el estado aún sabiendo todo esto, elige NO implementar ideas alejadas del adoctrinamiento, la sumisión y la desmotivación.
¡Que distinto sería el mundo con adultos enseñando a los niños lo que realmente le interesa por naturaleza!
Imaginate un sistema educativo que te enseñe de química mostrándote lo que pasa en la tierra de tu jardín. El aprendizaje sería completamente distinto, aunque se aprendieran los mismos conceptos.
Ni hablar de la creatividad despertándose de otra manera.
Si el niño demuestra interés por la música, es más enriquecedor sumarle ese arte a su educación, en lugar de mandarlo a aprender de memoria “las cualidades de la acuarela”.
Enseñar lo que lo motiva a cada niño además de leer, sumar y multiplicar, nos daría adultos completamente distintos.
La educación obligatoria hoy, en argentina, no es desde mi punto de vista algo para sentirme orgullosa; más si tengo en cuenta los casos de niños que terminaron primaria sin saber leer, o los que terminan el secundario sin tener comprensión de texto.
Si hablo de mi experiencia personal: he sido una excelente alumna, todos mis boletines tenían 8 9 y 10; no he repetido ni grados, ni años; no sé lo que es llevarse una materia a marzo.
Cualquiera al leer esto podría decir “la educación publica obligatoria funcionó muy bien con vos”. Pues no, en absoluto, odié tanto toda mi educación que con tal de no ver a los profesores terminaba mi año en diciembre, para no tener que soportarlos hasta el el siguiente inicio de clases. Odié tanto mi educación “obligatoria, pública y gratuita”, que en cuanto salí de ella, leí cuanto pude para desandar todo lo que intentaron meter en mi cabeza.
La más alta enseñanza que rescaté de mi sistema educativo fue lo que NO quiero para mi hijo. De hecho, me rompo trabajando porque elegí un sistema para él, que es lo opuesto a lo que viví. Moriré en paz sabiendo que él no tuvo que pasar por lo que yo pasé.
Cuento esto para mostrarte que la educación de un hijo SI es un tema de los padres y elegir a dónde enviar a tu hijo a estudiar también. Elegir qué contenidos son aptos para los principios de tu familia, también.
El estado debe proponer educación SI, pero los padres deben poder ELEGIR si la toman o si prefieren enseñarles de una manera respetuosa usando otro sistema.
Ese es el punto del que no están hablando.
Hay una diferencia muy grande entre “el estado te ofrece educación” y “el estado se mete en tu vida y te dice qué tenés que aprender obligatoriamente”.
Chapó! por @NYGBertie, que se anima hablar de lo que nadie habló hasta ahora y me hace pensar.
Digo, por decir algo sobre lo que dijo Bertie.
🪴FIN
Bonus: Respondiendo a este mensaje recibí un comentario que me llevó a sumar un libro a la biblioteca de Libros Libres: “Hacia una nueva Libertad” de Murray Rothbard, el Capitulo 7 es “Educación” desde la página 143 puede ayudar a comprender mejor los dichos de Bertie.
Bonus 2: @marceloduclos escribió una nota llamada “En defensa de Bertie Benegas Lynch” allí escribió:
“Lo que hizo el diputado Bertie Benegas Lynch, en el fondo no es ni siquiera brindar una opinión, sino comentar la realidad como es. Sin embargo, el legislador liberal hoy está siendo tildado, en el mejor de los casos como un “loquito”, y en el peor de un desalmado que está en favor de la “explotación infantil”. Un delirio por donde se le mire.
Como vemos por estas horas en las redes sociales, a veces los delirios pueden alcanzar los consensos mayoritarios. Pero mientras todos buscan tomar distancia de Bertie y esperar que se calmen las cosas, en lo personal pienso que es lo peor que podemos hacer. Hoy Argentina tiene un presidente que llegó a la Casa Rosada por decir las cosas como son.”
“Además, lógicamente, está la cuestión moral. Yo no pienso quedarme callado cuando un diputado sufre un injusto escarmiento por decir la verdad, aunque sea contracorriente.”
“Si a la gente, como todo parece indicar, le indigna que hayan chicos que no puedan estudiar porque tienen que hacer un aporte indispensable a una familia carente de los recursos suficientes como para la subsistencia, en lugar de cuestionar al diputado liberal por describir la realidad, deberían hacer otra cosa: contribuir para que todas las familias argentinas cuenten con la productividad necesaria como para que los padres trabajen y los chicos no. Esto no se consigue con ninguna ley ni obligatoriedad. Se logra incrementando el capital instalado en todo el país. En este sentido, lo mejor que nos puede pasar es que a partir de 2025, el Congreso tenga muchos más diputados con la claridad conceptual de un Bertie Benegas Lynch, lamentablemente incomprendido”