No importa cómo se llame el partido en cuestión de tu país: si son izquierda, socialistas o peronistas, son una secta. Si pudieran matarte por pensar distinto, lo harían sin dudarlo.
Son, lisa y llanamente, diabólicos.
Por eso militan la muerte, por eso los verás apoyando la muerte, por eso sus ideas generan dolor y muerte.
Por eso ni se inmutan frente a hechos de corrupción que salen a la luz en sus partidos.
Por eso aplauden y defienden a delincuentes y perversos como si fuesen inocentes.
Violadores, pedófilos, violentos, son nenes de bien si están entre sus filas.

El error de mucha buena gente de este mundo es dejarse engañar, es creer que tienen tu misma escala de valores. No se puede ser tolerante con quien es intolerante.

Usarán todas las causas nobles para arrastrarlas a su versión más oscura y así enriquecerse en el proceso. Son una secta comunista disfrazada de democráticos cuando, por lo bajo, son totalitarios y fascistas.
Por eso los ves pidiendo la censura de sus contrincantes, pateando y golpeando a personas que solo reparten panfletos que no les convienen o disparándole en el cuello a cualquiera que deje su nefasta ideología del mal en evidencia.

Para ganar militantes y perpetuarse en el poder, corrompen a los seres humanos ofreciéndoles dinero, puestos en el Estado, drogas, etc. Los humanos más débiles venden su alma al diablo y ni se lo cuestionan.
Dicho de otra forma, el sistema mundial que enfrentamos en estos tiempos se autoproclama como “socialismo” en sus múltiples versiones, pero el daño no es solo político.
Es un sistema mundial de esclavitud humana que degrada el alma de una persona a un animal violento no pensante separado de todos los demás.

Ese sistema político es un cáncer en el alma de la humanidad porque pervierte cualquier sentimiento noble de un ser humano, porque deforma causas nobles, porque pervierte el significado de palabras, porque busca equiparar lo malo con lo bueno para confundir a las personas.

Muchos ya sabemos: todo socialista es un dictador disfrazado, pero muy pocos dimensionan que, además, son los representantes del maligno en la tierra.

La batalla es una sola, en todo el mundo: es la luz de la libertad contra la oscuridad del mal.
Tu alma elige.


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