Libertad de expresión o burla selectiva: el arte contra la fe
Allá por 1987, vimos una fotografía de un artista que representaba a Jesús dentro de un contenedor lleno de orina.

En 1996, Chris Ofili no podía ser menos con su pintura The Holy Virgin Mary.

Tenemos muchos ejemplos de creadores que usaron su talento para sexualizar sus obras y relacionarlas con el cristianismo y el catolicismo. Durante años, tomaron símbolos sagrados para millones y los transformaron en objetos de burla. Obviamente, para estos artistas, el verbo burlar es sinónimo de “reflexionar”, “interpelar”, “desafiar las estructuras hegemónicas”, “cuestionarnos los estereotipos”.
Imagínate por un momento que el mismo tratamiento se diera a otras figuras o creencias. ¿Habría la misma permisividad? ¿O se consideraría un ataque imperdonable?
Parecería que no les conviene interpelar otras religiones.
La pose del artista polémico se les hace acrílico aguado cuando la falsa osadía deja en evidencia el oportunismo falsamente rebelde.
Les conviene hacerse populares burlándose del Dios católico, porque la burla a otras religiones, lisa y llanamente, los mataría.
Y este año, otra vez.
El 5 de febrero de 2025, en la Galería 3 de la Academia de San Carlos, espacio vinculado a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), presentaron la exposición La Venida del Señor del artista mexicano Fabián Cháirez.
En 2019, este mismo artista utilizó su arte para generar polémica al retratar a Zapata desnudo y con tacones. Zapata, un héroe para su pueblo, fue representado de una manera que muchos consideraron irrespetuosa. Para que te hagas una idea, fue como si alguien dibujara a San Martín desnudo sobre su caballo blanco y con tacos.
“Otra vez, todo sea por la fama”, resumí esa vez para mis adentros cuando lo vi.
El punto es que ahora ya no le alcanzaba con los próceres. Ahora fue directamente a meterse con Dios. Y nada mejor para eso que pintar nueve óleos sexualizando simbolismos, obviamente, católicos.

Del detalle valiente de taparse la cara, mejor no hablemos.
Dijo que su intención es “cuestionar al mundo y construir uno más incluyente”.
¿Qué clase de mundo más incluyente se puede crear excluyendo a quienes tenemos fe en Dios?
Frente a esto, leo que hablan del arte y la libertad de expresión.
Qué difícil es respetar la libertad de expresión cuando lo expresado se siente como una falta de respeto contra la fe de uno.
Qué difícil es para algunos creadores encontrar el límite entre libertad de expresión y respeto… ¿o es que no lo hay?
La libertad de expresión es un pilar de cualquier sociedad libre. Nos permite cuestionar el poder, debatir ideas y expresar nuestras creencias sin miedo a represalias.
Sin embargo, en los últimos años, hemos visto cómo este derecho se ejerce de manera desigual: hay grupos e ideologías intocables, mientras que otras son blanco constante de provocaciones disfrazadas de arte.
El respeto no debería ser una cuestión selectiva.
Si la libertad de expresión es para todos, también debería aplicarse el principio de la reciprocidad: lo que no te atreves a hacer con ciertas creencias, tampoco lo hagas con otras. De lo contrario, lo que se vende como libertad de expresión artística es simplemente el privilegio de algunos para ridiculizar la fe de otros.
No. No maldeciré al artista como leí que hizo un cura.
Solo diré : pobres los que usan el don del Arte que se les ha regalado, para sembrar oscuridad en este mundo.
“¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!”
Isaías 5:20