Los argentinos sabemos vivir con inflación, gobernados por chorros y corruptos.
Sí, los argentinos somos esos que, ante los problemas, “nos las rebuscamos”. Porque, claro, si no se puede comprar uno nuevo, se arregla, se ata, se pega, se cose. “Yo te ayudo”, “yo me encargo”.
Rebuscadores cívicos innatos.
No somos superhéroes, somos supervivientes de ideas nefastas y políticos oscuros.
No porque seamos originales o superpoderosos, sino porque nunca nos quedó otra: nos adaptamos o morimos. Es lo que nos dejó esta democracia… y lo de antes también.
Si tengo en cuenta la porquería de gobiernos que tuvimos, dudo mucho que otros pueblos hayan alcanzado el nivel de resiliencia que nosotros logramos.
Y sí, conste que sé de lo que hablo, porque muchos de los que me leen nacieron y se criaron con políticas K. Pero yo nací entre botas, crecí en la hiperinflación, sé de patillas, de cómplices, de chorros K, y también de los tibios que siempre estuvieron. Por suerte, no me las sé todas, pero algunas cosas las he vivido; no me las cuenta nadie.

—¿A qué viene esto, Potus?
A que el pueblo argentino no tiene idea.
No estamos preparados para la grandeza de país que nos está llegando gracias a Javier y su equipo.

Después de tanto dolor, de tanta desidia… Será un honor y una bendición para mí ver a esta Argentina sonreír en la riqueza.

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