Para mis lectores de LLA
Cuidado con las personas extranjeras que entran a los spaces libres y desvían las conversaciones.
Cuidado porque el zurderío mundial tiene operadores para meter discordia en los gobiernos que no les conviene.
Cuidado con el “corre, ve y dile” porque una cosa es un k infiltrado queriendo chusmear y otra distinta, un profesional de la comunicación, que responde a intereses extranjeros influyendo en un space.
Antes de pelearse entre los propios procuren que no sea por temas que instalan los de afuera.
Dicho esto, en este espacio LLA tenemos personas que son expertos en “domar”, tenemos personas que son geniales para hacer memes, tenemos personas que son una biblioteca con dos patas y extraordinarios para explicar las ideas. Tenemos personas con la paciencia suficiente para hablar durante horas con personas de otros partidos y debatir ideas.
Tenemos personas que hablaban de las ideas de la libertad desde antes de que muchos de nosotros naciéramos. En tiempos en los que defender la libertad era cuestión de vida o muerte, pero de verdad.
Cada uno de nosotros -en este sentir las ideas libres-, se identifica con la forma que más le vibre y desde ese lugar, se une y da su propia batalla.
No hay formas buenas y formas malas de defender las ideas de la libertad. La libertad se siente.
NADIE puede decirle a otro que es más o menos libre, porque nadie tiene el poder de juzgar lo que siente otro ser humano.
NADIE. Por más cerca del Presidente que esté es más representante de las ideas que otro.
Y de nada sirve tener toda la información de lo que pasa, si no se tiene la humildad suficiente para transmitirla a tus hermanos y generar un cambio útil.
Veo las ideas libres como una montaña infinita que subimos cada día, todos los días.
Una montaña en la que los que están más arriba ayudan a los de más abajo a subir. Los de más abajo se aseguran de que nadie se quede atrás.
No sirve de nada llegar arriba y estar solo.
No sirve de nada estar abajo y estar solo.
Esto es de TODOS.
Quién llegó primero y quién llegó después es importante y valorable, pero usarlo para presumir no es lo único que importa cuando lo que se quiere es subir la montaña. Dependemos unos de otros, nos guste o no.
En este espacio hay gente de derecha, gente libertaria, gente liberal, liberales clásicos, incluso, personas que no se identifican con ninguna corriente pero se sienten libres y comparten genuinamente, la visión de Javier.
Sueño con un congreso lleno de corrientes libres y que nadie cree un proyecto que implique gastos o atente contra la libertad y la vida privada.
La única forma en que lograremos el cambio cultural que necesitamos para este país, es respetándonos unos a otros.
Necesitamos darnos cuenta que cada uno tiene cualidades únicas y útiles. Necesitamos entender que todos sumamos. Bajar cuarenta cambios y no hacer -por cuestiones de soberbia- enemigos a los propios.
La libertad no podrá triunfar nunca, si no la practicamos todos los días desde el respeto. No puede haber libertad verdadera si no respeto la libertad del que tengo al lado.
Si no nos respetamos unos a otros todo el esfuerzo de Javier y el de todos, habrá sido completamente en vano.
Digo, por decir cosas sin importancia.