Cuando sos chiquito nadie te habla de la muerte.
En general, salvo excepciones puntuales, cuando estás en primaria por ahí escuchas que a un compañerito se le murió la abuela.
Pero la muerte es algo que les pasa a otros. No está cerca. Es como un concepto, un titular en un diario, como lo que les pasa a otros no tu familia.
Cuando estás en el secundario ya sabes que tus viejos se van a morir tarde o temprano. Quizás experimentaste la muerte de abuelos, o de otros tíos.

Pero hay un punto de quiebre en la vida de todas las personas -o al menos en las sensibles-, que sucede cuando te ponen un cuerpo humano de apenas 30 centímetros en los brazos y te dicen “encárgate de que no se rompa”.

Sí, la vida cambia drásticamente cuando llevas un hijo en el vientre y más, cuando lo mirás por primera vez en tus brazos.
De verdad, que nadie, absolutamente nadie puede explicarte y describirte fielmente lo que sentirás cuando tengas a tu hijo por primera vez en tus brazos.
Nadie puede contártelo porque es profundo, es tan inmenso, es tremendamente hermoso y da un pánico del que nadie, tampoco habla.

A partir de ese punto todas tus escalas de valores cambian completamente.
Tu vida se mueve, como si se tratase de una estantería de objetos coleccionables cuando la agarra un terremoto escala 7 y cuatro huracanes; todo al mismo tiempo.

Si sos una persona sensible puede que también te suceda que la vida se te expanda.
Porque si vas por la calle y ves un niñito, se te despierta el instinto de protección como si fuese tuyo.
Vas cayendo con el paso del tiempo, en que los seres humanos sobrevivimos solo porque tuvimos la inteligencia de unirnos como una tribu y que son mentiras las fronteras. Y no da lo mismo cagarse en todos porque no es gratis. Nos perjudicará de algún modo a todos.

Lo que haces a otro te vuelve siempre, inevitablemente. Pero el daño que el de al lado le hace a un tercero, también te volverá a vos de alguna forma.
Sí, tomás conciencia de que las relaciones de otros también te afectan porque ahora, lo que hagan, podrían afectar también a tu hijo.

Ese “bodoquito” de cuerpo humano que te pusieron una vez en los brazos, dio vuelta tu reloj de arena sin preguntarte. Un día no estarás para ser su escudo y tendrá que lidiar con esos terceros.

Y te juro que no habrá nadie en este mundo por quien puedas dar la vida con la misma urgencia, que por tu hijo.
Será tan inmenso el amor que le tendrás, que no podrás entender cuando alguien te hable de “técnicas de meditación para mantener tu ego aquietado”. ¿Qué ego? si es imposible tenerlo cuando tu vida está al servicio gustosamente, del alma de tu hijo.

Será tan abarcativo, tan inconmensurable, tan inmenso lo que amarás a esos pies tan diminutos, que no entrará en tu cabeza la idea de perder el tiempo como antes lo hacías.
Sentirás que el tiempo se te escapa. Que querés experimentar muchas cosas con él porque ya el tiempo empezó a correr al revés.

Ahora, la muerte, no es un titular, ni un concepto, ni algo que les pasa a otros.
La muerte es tuya, y es lo que hacés en el tiempo que se te está dando de ventaja, lo que marcará la diferencia. No para vos, marcará la diferencia para tu hijo.

Y si te pasa como a mí, que se te puso en el alma que era vital dejarle un mundo Libre o menos, uno no tan desvencijado por el socialismo. Creeme, que no habrá frase grabada más a fuego en tu alma que: “Vivir Libre es urgente”.

Sí. Es urgente vivir libre.
Sí. Es urgente trabajar para cambiar las cosas.
Sí. Es urgente ser valiente.
Sí. Es urgente no callarse.
Sí. Es urgente hacer.
Sí. Es urgente decir “No está bien” cuando se debe.

El sábado distribuyeron un recorte de video porque sabían como reaccionarían los medios.
Algunos lo pueden llamar “técnica publicitaria efectiva”, otros “manipulación”.
Lo cierto es que distribuyeron -sabiendo lo que pasaría e implicaba- contenido con una “estética” que yo no comparto ni para hacer humoradas.
Y sí, ahora resulta que “era una jodita para videomach” y todos aplaudimos la “osadía”.

En provincia de Buenos Aires sumaron las ¾ de la cámara para armar una comisión y sacar del recinto a un diputado la semana pasada. En este contexto, otro diputado pidió informes sobre los que estuvieron en el acto del sábado.
No podrán sacar al ministro que asistió, pero sí pueden sacar a diputados de la Cámara.

-No lo harán, Potus, no les conviene.
Es cierto, no les conviene ¿pero quien paga mientras tanto la actuación, las hojas impresas, el tiempo que perderán en el recinto? ¿no es tiempo que perdemos de estar trabajando en otra cosa más importantes para la libertad?

Tiempo… tiempo que perdemos…. Tiempo.

Ahora veo que salen a decir que estuvo re bueno porque dejaron en evidencia al periodismo.
¿No sabíamos ya lo qué es el periodismo? ¿De verdad era necesario?

Personas que apoyaban a Javier ahora se alejan por esto. Y salen con soberbia a decir “gracias por irte” cuando en 2025 tenemos elecciones. ¿inteligentísimo no?

Lo que hicieron el sábado les dio publicidad, felicitaciones. Podrían haber salido vestidos de blanco y con sandalias como Romanos y luego aclarar que también son Estoicos.
Pero no.
No sumó en absoluto a la imagen del presidente internacionalmente.
No sumó en absoluto para las personas que no están en X y no entienden de ironías. Al contrario, los alejó.

Hemos visto a violentos ir en manada a pegarle a los nuestros. Han hecho sangrar a personas solo por repartir boletas. Le pasaron genitales por la cara, a una persona solo por estar sentada.
Enfrente hay gente extremadamente enferma.
Gente que no entiende de ironías. Pero, además, hay gente profundamente trastornada y enojada.

Si la interpretación del acto hubiera desencadenado que un loco le dispare en el pecho a alguien solo por tener la remera del León ¿de qué estaríamos hablando ahora?

-No va a pasar eso, Potus, ahora putean, pero no tienen realmente poder.
Uno solo basta para hacer daño.

Nadie parece tomar conciencia de hasta donde pueden llegar estas cosas.
Y yo no podía quedarme callada.

-No la ves, Potus. No entendés de estrategias y de política
No. Y tampoco tengo porqué.

Alguien que da la batalla todos los días por Javier tenía que levantar la voz y decir “Así no. Tenemos que ser mejores que esto. No ser lo mismo.”

Javier -y todos- estamos haciendo un esfuerzo enorme por acomodar la economía y el país que nos dejaron.
Y sí, es cierto, si las cosas marchan bien, más personas querrán votarlo el año que viene. Pero Javier no va a estar 20 años como presidente.

Dar la batalla cultural es educar a las personas para que puedan distinguir qué es un totalitario y que es una persona libre cuando Javier ya no esté para gritárselos.
Si dar la batalla cultural es generar estas “confusiones estéticas”, veo que estaremos muy jodidos para perpetuar en el tiempo, las ideas que son verdaderamente Libres.

“Vivir libres es urgente” te dirán los ojos de tu hijo.
Lo que hacemos todos los días, marca la clase de futuro Libre que les dejaremos.

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